Existe un vínculo entre el uso y consumo de la energía y sostenibilidad que no podemos ignorar si deseamos vivir en un mundo mejor que podamos dejar como herencia a nuestros hijos. Cuando nos referimos a la eficiencia energética como piedra angular del desarrollo sostenible tenemos una justificación: nos ayuda a reducir el consumo de recursos no renovables, aumenta la competitividad de las economías, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, mejora la seguridad energética, y contribuye al crecimiento económico, en especial si el uso eficiente de la energía nos lleva a reducir los costos de esta, y por consiguiente, disminuyen los costos de producción de bienes y servicios. La reducción significativa de los costos nos lleva al aumento de los beneficios económicos y ambientales para las organizaciones que lo implementan.
El panorama antes citado abre la posibilidad de que las economías menos favorecidas incrementen su productividad, crezcan, eleven su calidad de vida y al mismo tiempo disminuyan los impactos ambientales. Sí, todo esto es posible si abrazamos la eficiencia energética como forma de asumir la vida, los proyectos, la actividad organizacional… Además, la perspectiva de habitar el planeta sin destruirlo es bastante atractiva y mejora la reputación de las organizaciones y las marcas que las representan. ¿Cómo podríamos empezar a cultivar el hábito de emplear la energía de manera eficiente en Chile? Estas son algunas claves:
- Sensibilizar a los trabajadores sobre el impacto del consumo energético en el medio ambiente y en la economía de la organización.
- Promover programas de capacitación y concientización sobre el uso eficiente de la energía en las instalaciones y en la explotación de los activos.
- Fomentar la implementación de tecnologías eficientes en los principales procesos de la organización.
- Aprovechar mecanismos de incentivo y/o regulación para promover la eficiencia energética en la industria.
- Proporcionar herramientas y recursos tecnológico para la gestión del consumo energético.
- Gestionar el acceso a financiamiento para proyectos de eficiencia energética.
- Crear programas de certificación y reconocimiento para edificios y procesos que demuestren un alto nivel de eficiencia energética.
Un soporte legal
Chile cuenta con iniciativas que apuntan a la eficiencia energética. En 2022 publicó el Decreto 28: Reglamento Sobre Gestión Energética de los Consumidores con Capacidad de Gestión de Energía y de los Organismos Públicos, en la que se establecen criterios para determinar qué empresas deberán reportar anualmente al Ministerio de Energía sus consumos por uso de energía y su intensidad energética y precisa la obligación de reporte de los consumos de energía por parte de los organismos públicos, entre otros.
Respectivamente, la Ley N° 21.305 Sobre Eficiencia Energética tiene por objeto crear el Primer Plan Nacional de Eficiencia Energética, cuya meta es la reducción de intensidad energética de al menos un 10% al 2030, respecto al 2019 lo cual ayuda a definir una línea base energética. El texto legal, en su artículo 2, puntualiza que se creará un listado de Consumidores con Capacidad de Gestión de Energía para aquellas empresas que consuman igual o superior a 50 Tera-calorías anuales. Las empresas que se encuentren en este listado, en un plazo determinado por la ley, deberán implementar un sistema de gestión de energía que cubra al menos un 80% del consumo energético total.
La política energética del país austral se sustenta en 4 pilares:
Seguridad y Calidad de Suministro,
Energía como Motor de Desarrollo,
Compatibilidad con el Medio Ambiente y
Eficiencia y Educación Energética.
Sobre estas bases deben desarrollarse las diversas medidas y planes de acción planteados hasta el año 2050.
Ante este escenario vale la pena preguntarse: ¿en tu organización la eficiencia energética es una prioridad? ¿Qué medidas están tomando para ponerse a tono con los requerimientos legales? Seguramente a tus clientes les encantaría adquirir los bienes y servicios que les ofreces desde la sustentabilidad, cuentas con Asesorías ISO RCR para comenzar tu camino al éxito.
Referencias:
Decreto 28: Reglamento Sobre Gestión Energética de los Consumidores con Capacidad de Gestión de Energía y de los Organismos Públicos
Ley 21.305 Sobre eficiencia energética.


