Cada vez que respiramos emitimos CO2. Nuestro paso por la Tierra resulta contaminante, aunque no en gran medida. Si nos referimos a las organizaciones, esa medida se agranda, resulta cuantiosa. Por eso es recomendable determinar los aspectos ambientales de las actividades empresariales, considerando una perspectiva de ciclo de vida. Es decir, controlar todo lo referente a la adquisición de materias primas, diseño, producción, transporte, entrega, uso, tratamiento al final de la vida útil y eliminación final. Atender estos aspectos podría ser de gran ayuda para cumplir con las leyes y con nuestra responsabilidad con el medio ambiente. También contribuirá a definir cuál es el impacto que tienen los productos y servicios, qué se puede controlar y qué no.

 La guía ISO14001: 2015 – Orientación sobre auditorías de la perspectiva del ciclo de vida se enfoca en estos aspectos:

• Establecer el enfoque utilizado para identificar el aspecto y el impacto utilizando la perspectiva de ciclo de vida.
• Demostrar que se ha utilizado la perspectiva de ciclo de vida durante la identificación de aspecto e impacto y aspecto significativo.
• Mostrar las distintas etapas de ciclo de vida dentro de su organización
• Cubrir todos los procesos centrales y de soporte.
• Precisar etapas del ciclo de vida con control directo y en cuáles puede influir la organización.
• Establecer qué información documentada pertenece a los criterios utilizados para identificar el aspecto y el impacto utilizando la perspectiva del ciclo de vida.
• Fijar requisitos de control operativo relacionados con los aspectos significativos.
• Definir y comunicar los criterios operativos para los procesos.
• Precisar cuáles son los requisitos de control operativo relacionados con los aspectos que la empresa tiene control directo o en los que puede influir.
• Determinar qué requisitos ambientales existen en relación con las actividades de adquisición y subcontratación.
• Crear canales de comunicación internos y externos para dar a conocer los requisitos ambientales.
• Gestionar el impacto ambiental significativo asociado con el transporte, entrega, uso, tratamiento al final de la vida útil y disposición final de sus productos y servicios
• Crear información documentada para demostrar la conformidad.

Los recursos son limitados. No le corresponde a esta generación acabar con las reservas que servirán para la continuidad de la vida. Además, se está produciendo un cambio en la cultura de consumidores, usuarios y partes interesadas: nadie quiere ser parte de la sentencia final del planeta, la mayoría desea hacer tratos y comprar a empresas sostenibles. Por lo tanto, la prioridad económica que impulsa al empresario a obtener ganancias a costa del medio ambiente da paso al profesional que desea lograr un equilibrio entre responsabilidad social, medioambiental y rentabilidad.